El acceso al agua de calidad como recurso natural en entornos urbanos resulta cada vez más complicado debido al crecimiento poblacional, la urbanización, y el cambio climático. Es por ello que en los últimos años se ha planteado la posibilidad de reutilizar aguas residuales debidamente tratadas para su potabilización indirecta, pero algunos aspectos como la presencia de microcontaminantes (MP), orgánicos e inorgánicos, deben ser estudiados con profundidad para descartar cualquier efecto negativo en la salud pública.

Los Biorreactores de Membranas, seguidos de nanofiltración u ósmosis inversa, pueden considerarse una tecnología integrada suficientemente consolidada para el tratamiento y reutilización de aguas residuales. La calidad del efluente es muy elevada y podría ser el punto de partida para la
potabilización directa. A parte de los posibles problemas de percepción social, existen todavía dos grandes limitaciones tecnológicas: la eliminación de MP así como de los productos de desinfección generados (DBPs) y la acumulación de algunos de dichos contaminantes en el rechazo de los sistemas
de filtración.

Por otro lado, entre las tecnologias de tratamiento terciario más innovadoras, destacan los Foto-Reactores de Membrana (FRM), sistemas híbridos que combinan dos tecnologías avanzadas: fotocatálisis con TiO2 y radiación UV, seguida de filtración con membranas de ultrafiltración (UF). Tanto
las configuraciones que presentan el catalizador en suspensión (s-FRM), como las que lo presentan inmobilizado sobre la superficie de la membrana (c-FRM), se han empleado con éxito para la eliminación de materia orgánica natural (MON) y MP. Sin embargo, existen varios aspectos clave de la
tecnología no resueltos, especialmente relacionados con la actividad del catalizador en ensayos de larga duración.